miércoles, 20 de junio de 2007

La voz

Alguien calle a esta voz
su tono enunciativo y su eco blanco
irritan mi nuca,
-en el giro de cabeza desciende la montaña-
Un espejo que no refleja
la luz que despierta verdes en este atardecer:
(escucha una sola idea)
¿calmará la noche mi designio?
Ven,
trae el oro de tus senos
baña la desesperante ausencia del aura
ayuda al sólido a ser fuerte
calma el designio
¡sorpréndeme!

Vivo el desierto
-señor, es tan aburrido escucharlo
Existe una sola palabra en el lenguaje
y no hace más que utilizarla-
Si el aire que descubre algún poema
se sentara en mi África
(en un paréntesis alguna categoría)
mi felicidad produciría lácteos atardeceres.

Te convoco sonámbula
convierte los olores en tus olores
¡que son míos!
Lánzale el látigo y báñalo
déjame en este invento
ser mi verdad.

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