viernes, 9 de noviembre de 2007

La des-signación de las categorías

Que la verdad no se interponga nunca
entre nosotros tres.
¡Dejemos de escribir! –no solo yo estoy escribiendo-
¡Comencemos a vivir! –solo yo estoy viviendo–

Y, a partir de aquí, comienza el poema:

¿Qué cosas, de todas
éstas
no han sido sólo
mis ojos?

Con nombres recubro el barro
para que la dama pase.

Las columnas son altas
y hablan.
Solo olvidando podremos traspasar

                        el muro                            

del presente.

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